Introducción

La videovigilancia es una herramienta fundamental para garantizar la seguridad de empresas, entidades públicas y particulares. Sin embargo, en Italia, la instalación de cámaras no puede considerarse una mera decisión técnica: debe cumplir con la normativa europea (RGPD – Reglamento UE 2016/679) y las directrices de la Autoridad Italiana de Protección de Datos.

1. Informar siempre a los interesados

Las personas que transiten por zonas videovigiladas deben ser claramente informadas de la presencia de cámaras. Se deben colocar carteles claramente visibles que indiquen el responsable del tratamiento y la finalidad del tratamiento.

2. Principio de Minimización de Datos

Las cámaras deben grabar únicamente lo necesario para fines de seguridad. Es ilegal grabar zonas que sean irrelevantes o que excedan los fines establecidos. Esto se enmarca en el principio de minimización de datos establecido por el RGPD.

3. Periodos de conservación de imágenes

La Autoridad Italiana de Protección de Datos (Garante Privacy) establece normas específicas:

  • Norma general: máximo 24 horas de conservación.
  • Excepciones: hasta 48 horas si existen necesidades específicas y documentadas (por ejemplo, un mayor riesgo de seguridad).
  • Más de 48 horas: solo con autorización o necesidad demostrada (infraestructura crítica, investigaciones legales), acompañada de una Evaluación de Impacto sobre la Protección de Datos (EIPD).

Este punto es crucial: muchas empresas creen que pueden conservar imágenes durante semanas, pero en Italia la normativa es mucho más restrictiva.

4. Evaluación de Impacto sobre la Protección de Datos (EIPD)

En contextos sensibles (escuelas, hospitales, lugares de trabajo), es obligatoria una Evaluación de Impacto sobre la Protección de Datos (EIPD) antes de activar el sistema. Este documento analiza los riesgos para los derechos y libertades de las personas y define medidas de mitigación.

5. Registro de Tratamiento y Responsabilidades

El responsable del tratamiento de datos (empresa, comunidad de propietarios, entidad pública) debe registrar el sistema de videovigilancia en el registro de tratamiento y garantizar que solo el personal autorizado pueda acceder a las imágenes. Si el servicio se externaliza, el proveedor debe ser designado responsable del tratamiento.

Conclusión

Instalar cámaras en Italia implica combinar seguridad y cumplimiento normativo. Para los fabricantes y socios locales, presentarse como "compliance ready" es una ventaja competitiva: no se trata solo de vender tecnología, sino de ofrecer soluciones que respeten la privacidad y la ley.

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